Horas de pesadumbre y de tristeza
pasa mi soledad. Pero Cervantes
es buen amigo. Endulza mis instantes
ásperos, y reposa mi cabeza.
Él es la vida y la naturaleza,
regala un yelmo de oros y diamantes
a mis sueños errantes.
Es para mí : suspira, ríe y reza.
Cristiano y amoroso caballero,
parla como un arroyo cristalino.
Así le admiro y quiero,
viendo cómo el destino
hace que regocije al mundo entero
la tristeza inmortal de ser divino.
Rubén Darío Poeta nicaraguense 1876 Metapa(Nicaragua)-1916 León (Nicaragua)
(Ver también el artículo sobre Cervantes y « El Quijote »)
(Voir aussi l’article sur Cervantes et « Don Quichotte »)