Tengo ganas de que venga corriendo la navidad,
para poder adornar mi arbolito siempre verde,
con el que tengo una dulce, hermosa y tierna amistad,
y al que guardo cada año para poder mantenerle.
Lo resguardo con esmero y lo riego de esperanzas,
las que impone verdemente desde el centro del salón,
manteniendo así muy fresca su majestuosa elegancia,
adornada rojamente con bolitas de ilusión.
Cada guirnalda, es un sueño y cada anhelo, un festón,
que sujetan dulcemente los deseos, las ilusiones,
y todas las peticiones que le hacemos al señor,
llenando de encanto y magia nuestros chicos corazones.
Arbolito de mi infancia, de mis sueños, de mi vida,
deja siempre tu fragancia en mi alma muy metida,
porque es la fina esencia con que hago realidad
los sueños y los anhelos de la dulce navidad.
Zandra Montañez Carreño (escrito en el 2001-2002)
