En un rincón enmudecen
cartas viejas, sobres viejos,
con el color de la edad
sobre la escritura puesto.
Allí perecen las cartas
llenas de estremecimientos.
Allí agoniza la tinta
y desfallecen los pliegos,
y el papel se agujerea
omo un breve cementerio
de las pasiones de antes,
de los amores de luego.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.
Cuando te voy a escribir
se emocionan los tinteros :
los negros tinteros fríos
se ponen rojos y trémulos,
y un claro calor humano
sube desde el fondo negro.
Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos :
te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.
Allá va mi carta cálida,
paloma forjada al fuego,
con las dos alas plegadas
y la dirección en medio.
Ave que sólo persigue,
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,
y el espacio de tu aliento.
Miguel Hernández (1910 Orihuela – 1942 Alicante)
_ Poema dirigido con el amor por su esposa Josefina y su hijo Manolillo, cuando el poeta estaba encarcelado. Poème adressé avec l’amour pour son épouse Josefina et son fils Manolillo, quand le poète était en prison
Passages traduits :
Dans un coin se taisent
les vieilles lettres, sur des vieux,
la couleur de l’âge
étalée sur l’écriture.
Là meurent les lettres
pleines de frémissements.
….
Même si mon corps aimant
se trouve sous la terre,
écris-moi à la terre,
car moi je t’écrirai.
Lorsque je vais t’écrire
les encriers sont bouleversés…
Lorsque je vais t’écrire,
ce sont mes os qui vont t’écrire :
je t’écris avec l’encre indélébile
de mes sentiments….