Estaba el señor don Gato,
estaba el señor don Gato,
en silla de oro sentado,
miau, miau,mirrimiau,
en silla de oro sentado,
calzando medias de seda
y zapatito dorado,
cuando llegó la noticia
que debía ser casado
con una gatita parda,
hija de un gato romano.
El gato con la alegría,
se cayó desde el tejdo ;
se rompió siete costillas
y la puntita del rabo.
Llamaron a los médicos,
médicos y cirujanos :
mataron siete gallinas
yle dieron de aquel caldo.
Ya le llevan a enterrar
al probecito don Gato,
y le llevan en hombros
cuatro gatos colorados.
Ya lo llevan a enterrar
por la calle del Pescado ;
al olor de las sardinas
el gato ha resucitado,
miau, miau, mirrimiau.
Música de Javier Romero
Publié
par
Pablo
Le mercredi 2 janvier
2008
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